Los efectos inmunológicos de los difusores de aromaterapia

Las plantas aromáticas que contienen aceite esencial se han utilizado con fines antiinfecciosos durante milenios. Los olores desagradables de las aguas residuales, la basura podrida, las personas enfermas, animales en casa, la contaminación ambiental revelan la presencia de proliferación de toxinas microbianas. Sin conocer los detalles de los agentes patogénicos presentes, la gente siempre ha sabido que cuando hay malos vapores, las enfermedades se esconden. A lo largo de la historia, las plantas aromáticas y sus aceites esenciales han sido la mejor solución para estas situaciones.

Desde los años 1800, la investigación científica ha recopilado una cantidad sustancial de evidencia que demuestra que los aceites esenciales tienen poderosos efectos antimicrobianos contra una amplia gama de patógenos bacterianos, virales y fúngicos, no sólo para prevenir el contagio y mejorar la inmunidad personal purificando la atmósfera a nuestro alrededor, sino también para eliminar las causas de la enfermedades y además está el tema de la frecuencia y polaridades pero ese es un tema muy largo que no menos importante que hablaremos en otro momento  

Uno de los descubrimientos recientes dentro de la investigación aromática es que los efectos antimicrobianos de los aceites esenciales son tan potentes cuando el aceite se usa en forma líquida, como cuando se aplica el árbol del té a una infección fúngica, como cuando los patógenos están expuestos a los vapores de los aceites. Esto significa que la forma más eficaz de utilizar aceites esenciales para reducir el contagio atmosférico, neutralizar las enfermedades transmitidas por el aire y mejorar la inmunidad es mediante el uso de difusores aromáticos e ionizadores.  

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